Perteneciente al cantón de Cosamaloapan, desde 1828 a 1917, Amatlán, estaba junto con Acula, Chacaltianguis, Cosamaloapan, Ixmatlahuacan, Otatitlán, Sochiapa, Tatahuicapa, Tesechoacan,Tlacojalpan y Tuxtilla. En el primer tercio del siglo XIX (1831), tenía una población total de 661 habitantes, de acuerdo al censo del estado de Veracruz. Su población era poca si comparamos a la que tuvo en tiempos prehispánicos y esa disminución ocurrió durante los tres siglos coloniales, producto de la muerte de la población nativa, por enfermedades y malos tratos de los conquistadores españoles, así como la migración, generada por el desplazamiento obligado por las autoridades coloniales.
Para 1869, las cosas cambiaron a favor de la población, ya que esta creció en más del 100%, el censo estatal registraba 1330 habitantes. Para el año de 1873, ascendía a 1525 y en 1885, ya eran 1643. Cuando concluía ese siglo, en 1899, representaban casi dos mil. Bajo estos datos podemos pensar que se presentaron situaciones de corte económico, que atrajo el repoblamiento y en verdad fue así, ya que la presencia de haciendas como la de San José del Papaloapan dentro del municipio y su cercanía con Tlacotalpan y Cosamaloapan, que eran de mucho auge, se vio favorecido Amatitlán.
Para el último tercio del siglo XIX, se decía… “Por su parte el municipio de Amatlán, vecino de Acula y de origen histórico igual, contaba con su cabecera municipal y las congregaciones de El Corte, Dos Bocas, San José Papaloapan, Zacapexco y Zopelicán. Tenía una sola hacienda, San José del Papaloapan, cuyo propietario era José Luz Pérez. Las rancherías eran La Concepción, E. Zarrabal, Marianela, San Basilio y San Felipe. Observamos en este municipio, un sentido más de concentración poblacional a través de su cabecera y varias congregaciones y la reducción de rancherías y la falta de ranchos…”
Para 1831, tenía en ganadería 400 toros y 250 caballos. Ya en 1871, se cuentan con mayores datos que hablan de la población económica y que explica más puntualmente el auge que compagina con el aumento de la población. Destacaban los oficios de labradores que eran 217; le seguían los jornaleros con 100, vaqueros 15, empleados 14, cocineros 13, domésticos 10, carpinteros 9, sastres 6, dependientes 3, albañiles 2, un empleado y un albañil.
Un dato contundente de los matices que tomó la Revolución en el Papaloapan fue el de la concentración de la tierra en un grupo reducido de personas, que tuvo su origen en poco más de treinta años del régimen porfirista. De todos los extranjeros que habita¬ban la región, la mayoría eran españoles. Según un censo de 1912, en el cantón había 238 propiedades rurales cuyas extensiones iban de algunos cientos hasta miles de hectáreas. Por municipios, Cosamaloapan contaba con 79 propiedades; Chacaltianguis, con 6; Tlacojal¬pan, con 7; Otatitlán, con 4; Playa Vicente tenía 44; Tesechoacán, 55; Amatlán, 8; Ixmatlahuacán, 24 y Acula, 10.
En el municipio de Amatlán, hoy Amatitlán, a partir de 1911 las elecciones también mantuvieron un proceso lleno de arbitrariedades. Es necesario poner como antecedente que este municipio, durante los más de 30 años del régimen porfirista, fue gobernado por tres personas: Crescencio Santiago, Santos Rosado y Fidencio Reyes. Ahí se encontraban haciendas ganaderas y fue escenario de las acciones rebeldes de dos grandes alzados, Santanón y Villa¬señor. Esta referencia permite entender que prevalecía una vieja estructura que se oponía al cambio, pese a que los seguidores de Madero estaban bien organizados a través del Club Progresista Liberal 1910. Este grupo pedía al gobernador Aulliaud y al pro¬pio Presidente de la República la anulación de la elección por los múltiples fraudes cometidos por los caciques dentro del munici¬pio. La disputa por el poder continuó hasta avanzada esa década y Amatitlán fue escenario de varias batallas y saqueos tanto de rebeldes como del ejército federal.
Varios fueron los rebeldes, la narración oral de Amatitlán, nos dice que a fin del porfiriato, tanto Santanón, como José Villaseñor, llegaron en varias ocasiones al pueblo. Cuando estaba ya la revolución, rebeldes como Vidal Tenorio, Panuncio Martínez y Chano del Rosario incursionaron periódicamente dentro del municipio. Otros hermanos fueron José y Víctor Balderas, quienes anduvieron en el movimiento rebelde entre 1914 y 1920. Los lugares de mayor presencia fueron Amatitlán y Tesechoacán. Se trataba también de criminales sumamente violentos, incluso con los mismos rebeldes que caían en sus manos. José cayó en una batalla y Víctor murió años después de la lucha armada. Ellos decían defender la causa zapatista, pero sus acciones reflejaban también la carencia de esa ideología y, en cambio, vivían en la violencia y el oportunismo que las condiciones ofrecían.
Así, el siglo XIX y la revolución, fue crucial en cambios de la comunidad de Amatitlán, llegando hacer importante dentro del grupo de los 10 municipios que conformaron el cantón, solo superado por Cosamaloapan Playa Vicente, Tesechoacán, Otatitlán y Chacaltianguis, en número de habitantes y economía.
Fuentes.
Entrevista a Moisés Zarrabal, 1988 en Amatitlán.
Blázquez Domínguez Carmen, “Informes de Gobernadores”, tomos I,II y III., Gobierno del estado de Veracruz, 1986.
Vergara Ruiz Gustavo, “Rostros de la Revolución Mexicana en el Papaloapan Veracruzano, Comisión del Bicentenario, 2010.
————————–, “Fin del Porfiriato y Maderismo en el cantón de Cosamaloapan 1911-1913, en de Padre Río y Madre Mar, reflejos de la cuenca baja del Papaloapan, Veracruz, Tomo 1, Universidad Veracruzana y Editora de Gobierno del estado de Veracruz.
Foto.
Primera, fracción del cantón de Cosamaloapan, donde aparece Amatlán, fuente, Archivo General del estado de Veracruz, 1888. Segunda, vapor de varios que surcaron el río Papaloapan y llegaban a los pueblos, entre ellos Amatlán, hoy Amatitlán. Fuente desconocida.